AVICENA

Habiendo librado al rey de Hamadan de
una enfermedad peligrosa, recibió de éste grandes honores y hasta el cargo de
visir, sin que este cargo ni aquellos honores le impidieran entregarse a sus
tareas literarias.
Durante los primeros años de
su juventud, la actividad de su espíritu se concentró en el Isagoge de
Porfirio, las matemáticas de Euclides y el Almagesto de Tolomeo, y a la edad de
veinte y dos años, según él mismo dice, escribió dos o tres tratados de
Filosofía. «Después de haber profundizado, añade en su autobiografía, la
lógica, las ciencias físicas y las matemáticas, abordé la teología
especulativa; pero esta ciencia permaneció incomprensible para mí, hasta que la
casualidad me hizo entrar en posesión de un escrito de Al-Farabi, que por tres
dracmas adquirí en un mercado de libros.»
Nuestro filósofo falleció en
Hamadan a los cincuenta y siete años de edad.
SAN ISIDORO DE SEVILLA

su fecundidad literaria (1),
el mérito y excelencia relativa de algunas de sus obras, atendido el siglo en
que vivió. Cierto que la Filosofía de San Isidoro no contiene puntos de vista
propiamente originales; pero es el compendio más comprensivo, más razonado y
más completo de la Filosofía cristiana posible en aquella época, según se
desprende del siguiente resumen de la misma:
1.º La Filosofía es el
conocimiento de las cosas divinas y humanas, unido al estudio y cuidado de
vivir rectamente. Divídese en tres partes, que son :
a) Filosofía natural o física, cuyo objeto es
la investigación déla naturaleza y de sus causas.
b) Filosofía moral, que trata de las
costumbres o moralidad de los actos.
c) Filosofía racional o lógica, que enseña
el modo de buscar la verdad en los objetos de las dos ciencias mencionadas: in
qua disputatur quemadmodum in rerum causis, vel vitae moribus, veritas ipsa
quaeratur.
En la Filosofía se debe
distinguir la parte científica o la ciencia, que es conocimiento cierto de la
cosa, y la opinión, o conocimiento incierto y meramente probable.
2º Por medio de las cosas finitas
y creadas, venimos en conocimiento de la existencia y de los atributos de Dios,
el cual es el Sumo Bien, y en el cual existen de una manera substancial, a la
vez que simplicísima, la belleza, la omnipotencia, la eternidad y la
inmensidad, en virtud de la cual «llena el cielo y la tierra sin estar
contenido o circunscrito por ellos, y, siendo uno, está todo en todas partes
(cum sit idem unus, ubique tamen totus est), pero de una manera indivisible.»
La inmensidad divina, añade, es de tal naturaleza, que debemos concebir a Dios
como dentro de todas las cosas, sin estar encerrado en ellas; fuera de todas
las cosas, pero no excluido de las mismas: ut intelligatur eum (Deum) intra
omnia, sed non inclusum; extra omnia, sed non exclusum.
3.º En Dios no hay presente,
pasado ni futuro, y su eternidad contiene y precede todos los tiempos. Esta
eternidad es consecuencia lógica y necesaria de la inmutabilidad absoluta de
Dios, cuya substancia excluye toda mutación, y cuyos actos y determinaciones
son libres, sin dejar de ser eternas. Cuando produce o crea en el tiempo alguna
cosa, la mutación sólo tiene lugar en la cosa producida, pero no en la voluntad
inmutable y eterna de Dios: Opus non consilium, apud Deum credimus mutari; nec
variari eum quia per varia tempora diversa praecipit.
4.º El hombre ocupa lugar
eminente entre las criaturas: es el fin próximo y parcial de la creación, y el
ser que más se asemeja al Creador. Es un animal compuesto de alma y de cuerpo
viviente, dotado de razón, de libre albedrío, y capaz de vicios y virtudes. Sin
embargo, el alma racional no es lo que constituye al hombre, sino que, por el
contrario, el hombre es solamente el cuerpo que está formado de la tierra: sed
corpus, quod ex humo factum est, id tantum homo est. Esta opinión de San
Isidoro, si se la toma en sentido literal, es la antítesis de la teoría
platónica; pero probablemente sólo quiso dar a entender que la palabra homo
trae su origen etimológico de humus.
5.º El alma racional no es
parte de la substancia divina, ni trae su origen de la materia, sino que es
incorpórea y espiritual, creada de la nada por Dios, e inmortal; pues aunque
tiene principio, no tiene fin, a diferencia de las almas de los brutos, las
cuales, después de la muerte, se disuelven y desaparecen juntamente con el
cuerpo.
6.º Este mundo visible,
compuesto de cielo, tierra, mares y estrellas, se llama mundo porque está
siempre en movimiento y porque sus elementos están sujetos a perpetuas mutaciones
o cambios de ser y de obrar. Fue creado
o sacado de la nada por la omnipotencia de Dios, en todas sus partes, inclusa
la materia que entra en su composición.
7.º El origen del mal es el
defecto o malicia de la voluntad; pues la naturaleza y la voluntad, consideradas
en sí mismas, son buenas, como lo son también todas las substancias creadas; el
mal, como tal y considerado en sí mismo, no es naturaleza o esencia: malum in
seipso natura nulla est.
Juan Duns Scoto

Como maestro utilizó como
texto Sententiae de Pedro
Lombardo, obra que fue el manual de dogmática más importante de la época.
Escribió apuntes sobre dicho libro.
Como teólogo, defendió la humanidad de Cristo y
preparó la base teológica para la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción.
En junio de 1301 le mandaron a París como maestro. En 1303
debió salir de Francia por un conflicto entre el papa Bonifacio VIII y el rey
Felipe IV de Francia. En 1305 vuelve a París. Es catedrático en 1306 y con un
equipo de colaboradores produce Ordinatio, una edición oficial de su comentario
a las Sentencias. De nuevo es exilado de París en el año 1307 y viaja a Colonia
para ser catedrático de la casa de estudios franciscana. Fallece el 8 de
noviembre de 1308, dejando un Ordinatio inacabado.
Anselmo De Canterbury

Pese a sus temores iniciales, la carrera de Anselmo ganó
fama de manera vertiginosa, pues en 1063 sucede a LAN franco en el priorato de
Bec, al ser éste elegido abad. Esta será la tónica de toda su vida:
posteriormente le sucede como abad (1078) y finalmente como arzobispo de Canterbury (1093), donde
finalmente muere en 1109. Es en Inglaterra donde
Anselmo, además de filósofo y teólogo, muestra dotes de político apologeta. La
Iglesia vive el momento más cruento del conflicto de las investiduras y él debe defender
desde la cátedra arzobispal el derecho que ella "tiene a la libertad"
e impedir tendencias cismáticas que amenazaban a su grey. Los monarcas
británicos Guillermo el Rojo y Enrique I no harán fácil esta tarea
que se había impuesto a sí mismo; pero gracias a esta oposición, se reconoce
otra faceta en los escritos de Anselmo.
Tomas de Aquíno

Sus obras
más conocidas son la Summa
theologiae, compendio de la doctrina católica en la cual trata 495
cuestiones divididas en artículos, y la Summa contra gentiles, compendio
de apología filosófica de la fe católica,
que consta de 410 capítulos agrupados en 4 libros, redactado a petición de Raimundo
de Peñafort.
Asimismo,
fue muy popular por su aceptación y comentarios de las obras de Aristóteles, señalando, por primera vez en la Historia,
que eran compatibles con la fe católica. A Tomás se le debe un rescate y
reinterpretación de la metafísica y una obra de teología aún sin parangón, así como una
teoría del Derecho que sería muy consultada
posteriormente. Canonizado en 1323, fue declarado Doctor
de la Iglesia en 1567 y santo patrón de las universidades y centros de
estudio católicos en 1880. Su festividad se celebra el 28 de enero.
Agustin De Hipona
San Agustín nació el 13 de noviembre de 354 en Tagaste, pequeña
ciudad de Numidia en
el África romana.
Su padre, llamado Patricio, era un pequeño propietario pagano y su
madre, Santa Mónica, es puesta por la Iglesia como
ejemplo de «mujer cristiana», de piedad y bondad probadas, madre abnegada y
preocupada siempre por el bienestar de su familia, aún bajo las circunstancias
más adversas. Mónica le enseñó a su hijo los principios básicos de la
religión cristiana y al ver cómo el joven Agustín se
separaba del camino del cristianismo se entregó a la oración constante en medio
de un gran sufrimiento. Años más tarde Agustín se llamará a sí mismo "el
hijo de las lágrimas de su madre". En Tagaste, Agustín comenzó sus
estudios básicos, posteriormente su padre le envía a Madaura a realizar
estudios de gramática.
San Agustín se destacó en el estudio de las letras. Mostró
un gran interés hacia la literatura, especialmente la griega clásica y poseía
gran elocuencia.8Sus
primeros triunfos tuvieron como escenario Madaura y Cartago, donde se
especializó en gramática y retórica.6 Durante
sus años de estudiante en Cartago desarrolló una irresistible atracción hacia
el teatro.
Al mismo tiempo, gustaba en gran medida de recibir halagos y la fama, que
encontró fácilmente en aquellos primeros años de su juventud. Durante su
estancia en Cartago mostró su genio retórico y sobresalió en concursos poéticos
y certámenes públicos. Aunque se dejaba llevar por sus pasiones, y seguía
abiertamente los impulsos de su espíritu sensual, no abandonó sus estudios,
especialmente los de filosofía. Años después, el mismo Agustín hizo una fuerte
crítica sobre esta etapa de su juventud en su libro Confesiones.
Agustín murió en Hipona el 28 de agosto de 430 durante el
sitio al que los vándalos de Genserico sometieron
la ciudad durante la invasión de la provincia romana de África. Su cuerpo, en
fecha incierta, fue trasladado a Cerdeña y,
hacia el 725, a Pavía, a la basílica de San Pietro in Ciel d'Oro, donde reposa
hoy.
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