domingo, 26 de abril de 2015
OS PRESENTAMOS UNOS VÍDEOS PARA QUE PUEDAN ENTENDER MEJOR! Y CONCLUSIÓN.
Epicureos y Estoicos Filosofía Educativa
Filosofía Medieval Patristica y Escolástica
Conclusión
La época medieval fue la época del auge religioso, pues se
formaron muchas doctrinas que conocemos en la actualidad, sin embargo, no
debemos olvidar que la filosofía es algo universal, y que todo lo que conocemos
y descubrimos, lo podemos reflexionar, y verlo desde el punto de vista
filosófico, esta época fue un gran ejemplo de lo que acabamos de citar, pues
los filósofos pudieron verlo desde su propia reflexión, dividieron a esta época
en dos grandes escuelas, y ambas reflexionaban todo lo que sucedía con nuestra
fe, no cabe duda que esta época no solo fue el inicio de muchas doctrinas, sino
que fue una nueva era en la filosofía, pues estos filósofos estaban combinando
nuestra fe y creencia con la razón, y no olvidemos que todo lo que vemos y
creemos lo razonamos con nuestra mente, así podemos decir que todos llevamos
dentro un espíritu de filosofía.
UNA REFLEXIÓN PARA LA VIDA
La figura de El Cid y sus hazañas merecieron el honor de
protagonizar el primer cantar de gesta de la literatura castellana.
Rodrigo Díaz de Vivar fue el guerrero castellano medieval
que pasó a ser conocido por la historiografía, la literatura y la leyenda como
El Cid, o también como El Cid Campeador. Sirvió a los reyes cristianos Sancho
II y Alfonso VI, pero también al rey taifa musulmán de Zaragoza. Impidió la
expansión almorávide hacia Aragón y Cataluña conquistando y dominando Valencia.
El Cantar de mío Cid, del que es su protagonista, escrito probablemente hacia
1207, es el paradigma de la épica castellana medieval.
"El conde Lucanor", del Infante Juan Manuel
Que utiliza el esquema del marco narrativo para introducir
51 ejemplos, muchos de ellos de influencia oriental. El hilo narrativo global
es mínimo y responde al siguiente esquema: el conde Lucanor plantea a su
consejero Petronio un problema que tiene y éste le responde con un cuento o
ejemplo en el que se da una situación parecida al conflicto del conde.
"Milagros de nuestra señora", de Gonzalo de Berceo
Pequeña colección de 25 narraciones en verso, que cuenta
diferentes milagros de la Virgen con carácter alegórico y de gran calidad
literaria.
"El libro de buen amor", de Juan Ruiz, Arcipreste
de Hita
Es una colección de poesías escritas en forma de
autobiografía satírica y contiene ejemplos de prácticamente todas las formas y
temas poéticos de la edad media. La fama de que gozó el Libro de Buen Amor,
desde el momento en que fue escrito, hizo que los juglares recitaran de forma
oral los pasajes más divertidos, para divulgarlos entre el pueblo llano.
"Coplas a la muerte de su padre", de Jorge
Manrique
La hondura y sinceridad con que el poeta expresa sus
sentimientos ante la brevedad de la vida y la vanidad de las cosas mundanas,
además de la emoción con que transmite el elogio fúnebre de su padre,
"La Divina comedia", de Dante Alighieri
La Divina comedia es un poema alegórico basado en la
cosmogonía cristiana medieval. En el primer canto se sitúa la acción y el
escenario. El poeta tiene 35 años, inicia su viaje el Viernes Santo para
concluirlo el Domingo de Pascua. La selva oscura es el pecado y el monte, la
virtud. Dante escoge como guía a Virgilio por considerarlo el poeta más excelso
de la literatura clásica.
"El cantar de los nibelungos", anónimo
El héroe del Cantar de los nibelungos es Sigfrido, un
guerrero alemán. Sigfrido da muerte a dos jefes burgundios de la familia de los
nibelungos y se apodera de su espada mágica, su tarnkappe, un manto que hace
invisible a su portador, y sus reservas de oro, maldecidas por los burgundios
en el momento de morir. A continuación se dirige a Worms, la capital de
Burgundia, donde conoce a la hermosa Crimilda, hermana del rey Gunther, y se
propone casarse con ella.
"Los Cuentos de Canterbury ", de Geoffrey Chaucer
Es una obra en verso que narra la historia de un grupo de
peregrinos que se dirigen a Canterbury
"El ciclo del Ulster", anónimo
Consiste en unos cien relatos sobre héroes del reino del
Ulster en el siglo I antes de Cristo. Destaca especialmente el guerrero Cú
Chulainn, héroe legendario y rey de Ulster al que en las batallas le surgían
siete dedos de la mano. Entre otros relatos notables está la historia de la
heroína trágica Deirdre.
"La Celestina", de Fernando de Rojas
El argumento desarrolla una historia de amor apasionado: el
joven Calisto busca la ayuda y la complicidad del siervo Sempronio y la
trotaconventos o alcahueta Celestina, para convencer a Melibea de que le
entregue su amor.
1. El mester de juglaría
El género principal de la poesía épica fue el de los
cantares de gesta, extensas narraciones en verso en las que se exaltan las
hazañas y las virtudes de los héroes.
La poesía épica se encuadra dentro del mester de juglaría,
esto es, la escuela poética propia de los juglares. Los cantares de gesta eran
recitados de memoria por los juglares que actuaban en las plaza de los pueblos
y ciudades, en los castillos o en las estancias de la corte, a cambio de un
pago por sus servicios. Sabían danzar, tocar instrumentos, recitar y realizar
ejercicios acrobáticos y circenses.
2. Características de la épica española
Los cantares de gesta surgieron entre los siglos XII y XIII.
Se han conservado muy pocos debido a que su transmisión era oral y no escrita.
Además del Poema de Mío de Cid, que se conserva casi completo, nos han llegado
fragmentos delCantar de Roncesvalles y del Cantar de las Mocedades de Rodrigo.
De otros cantares de gesta nos han llegado noticia a través de crónicas
históricas que los utilizaron como fuente.
Otras características de los cantares de gesta de nuestra
literatura son: su carácter anónimo, pues el autor no los firmó; su gran
vitalidad, pues sus temas pervivieron en la literatura posterior (romancero,
comedia nacional, drama neoclásico, romántico y moderno, en la lírica, en la
novela, etc.); su realismo, pues se compusieron en fechas cercanas a los hechos
que cuentan y apenas aparecen elementos fantásticos.
3. El Poema de Mío Cid
El Poema de Mío Cid, obra de los siglos XI o XII, es un
extenso poema épico, máximo exponente del mester de juglaría (poesía hecha por
los juglares), que cuenta las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar, quien por dos
veces pierde su honor y lo recupera con creces.
4. El mester de clerecía
La otra escuela poética existente en la Edad Media fue el
mester de clerecía. Tuvo su apogeo durante los siglos XIII y XIV y a ella
pertenecen los clérigos y los autores cultos.
La característica formal más notable de esta escuela es la
utilización de lacuaderna vía, estrofa de cuatro versos con la misma rima
(monorrimos) consonante.
5. Los Milagros de Nuestra Señora, de Gonzalo de Berceo
Los Milagros de Nuestra Señora es la obra más importante de
Gonzalo de Berceo. Comienza con una introducción alegórica en la que el autor
se presenta a sí mismo en una naturaleza idealizada, descanso del hombre, que
simboliza las virtudes y perfecciones de la Virgen.
6. El Libro de Buen Amor, del Arcipreste de Hita
El Libro de Buen Amor es una composición extensa y variada
de 1700 estrofas, cuyo hilo conductor lo constituye el relato de la
autobiografía ficticia del autor, quien es representado por don Melón de la
Huerta.
7. El Conde Lucanor

8.Las Coplas por la muerte de su padre, de asunto moral, es
la obra más importante de Jorge Manrique (1440-1479). Esta obra, realizada con
motivo de la muerte de su progenitor, pertenece al género poético de la elegía
y es una reflexión sobre la vida, la fama, la fortuna y la muerte con
resignación cristiana. Está formada por cuarenta coplas, cada una de las cuales
se compone de dos sextillas, coplas manriqueñas o coplas de pie quebrado, cuyo
esquema métrico es 8a, 8b, 4c, 8a, 8b, 4c. El ritmo de las estrofas es lento e
interrumpido por los tetrasílabos, dando así un tono funeral a la composición.
En cuanto al contenido, las Coplas forman una elegía por la
muerte del padre del autor, don Rodrigo Manrique, donde el poeta se lamenta de
la inestabilidad de la fortuna, la fugacidad de las cosas humanas y de la vida,
del poder igualatorio de la muerte. La fama es lo único duradero: esta forma de
pensar anuncia la llegada del próximo Renacimiento.
9.La Celestina es el título por el que se conoce la Comedia
o Tragicomedia de Calisto y Melibea, la cual fue publicada en dos versiones
diferentes: una en 1499, que constaba de 16 actos; y otra, en 1508, que tiene
21 actos. Pertenece al género de la comedia humanística, género inspirado en la
comedia latina, que estaba destinado a ser leído y no representado.
El autor es Fernando de Rojas, nacido en Puebla de Montalbán
(Toledo), hacia 1475, de familia conversa (judíos convertidos al cristianismo),
que estudió leyes en Salamanca y fue alcalde de Talavera de la Reina. Murió en
1541.
10.Se denomina Romancero al conjunto de romances cantados
por los juglares desde finales del siglo XIV hasta el siglo XV. Los escritos
durante los siglos XV y XVI por autores conocidos, como Cervantes, Lope de
Vega, Góngora o Quevedo, forman el Romancero Nuevo.
PRINCIPALES FILÓSOFOS DE LA EDAD MEDIA
AVICENA

Habiendo librado al rey de Hamadan de
una enfermedad peligrosa, recibió de éste grandes honores y hasta el cargo de
visir, sin que este cargo ni aquellos honores le impidieran entregarse a sus
tareas literarias.
Durante los primeros años de
su juventud, la actividad de su espíritu se concentró en el Isagoge de
Porfirio, las matemáticas de Euclides y el Almagesto de Tolomeo, y a la edad de
veinte y dos años, según él mismo dice, escribió dos o tres tratados de
Filosofía. «Después de haber profundizado, añade en su autobiografía, la
lógica, las ciencias físicas y las matemáticas, abordé la teología
especulativa; pero esta ciencia permaneció incomprensible para mí, hasta que la
casualidad me hizo entrar en posesión de un escrito de Al-Farabi, que por tres
dracmas adquirí en un mercado de libros.»
Nuestro filósofo falleció en
Hamadan a los cincuenta y siete años de edad.
SAN ISIDORO DE SEVILLA

su fecundidad literaria (1),
el mérito y excelencia relativa de algunas de sus obras, atendido el siglo en
que vivió. Cierto que la Filosofía de San Isidoro no contiene puntos de vista
propiamente originales; pero es el compendio más comprensivo, más razonado y
más completo de la Filosofía cristiana posible en aquella época, según se
desprende del siguiente resumen de la misma:
1.º La Filosofía es el
conocimiento de las cosas divinas y humanas, unido al estudio y cuidado de
vivir rectamente. Divídese en tres partes, que son :
a) Filosofía natural o física, cuyo objeto es
la investigación déla naturaleza y de sus causas.
b) Filosofía moral, que trata de las
costumbres o moralidad de los actos.
c) Filosofía racional o lógica, que enseña
el modo de buscar la verdad en los objetos de las dos ciencias mencionadas: in
qua disputatur quemadmodum in rerum causis, vel vitae moribus, veritas ipsa
quaeratur.
En la Filosofía se debe
distinguir la parte científica o la ciencia, que es conocimiento cierto de la
cosa, y la opinión, o conocimiento incierto y meramente probable.
2º Por medio de las cosas finitas
y creadas, venimos en conocimiento de la existencia y de los atributos de Dios,
el cual es el Sumo Bien, y en el cual existen de una manera substancial, a la
vez que simplicísima, la belleza, la omnipotencia, la eternidad y la
inmensidad, en virtud de la cual «llena el cielo y la tierra sin estar
contenido o circunscrito por ellos, y, siendo uno, está todo en todas partes
(cum sit idem unus, ubique tamen totus est), pero de una manera indivisible.»
La inmensidad divina, añade, es de tal naturaleza, que debemos concebir a Dios
como dentro de todas las cosas, sin estar encerrado en ellas; fuera de todas
las cosas, pero no excluido de las mismas: ut intelligatur eum (Deum) intra
omnia, sed non inclusum; extra omnia, sed non exclusum.
3.º En Dios no hay presente,
pasado ni futuro, y su eternidad contiene y precede todos los tiempos. Esta
eternidad es consecuencia lógica y necesaria de la inmutabilidad absoluta de
Dios, cuya substancia excluye toda mutación, y cuyos actos y determinaciones
son libres, sin dejar de ser eternas. Cuando produce o crea en el tiempo alguna
cosa, la mutación sólo tiene lugar en la cosa producida, pero no en la voluntad
inmutable y eterna de Dios: Opus non consilium, apud Deum credimus mutari; nec
variari eum quia per varia tempora diversa praecipit.
4.º El hombre ocupa lugar
eminente entre las criaturas: es el fin próximo y parcial de la creación, y el
ser que más se asemeja al Creador. Es un animal compuesto de alma y de cuerpo
viviente, dotado de razón, de libre albedrío, y capaz de vicios y virtudes. Sin
embargo, el alma racional no es lo que constituye al hombre, sino que, por el
contrario, el hombre es solamente el cuerpo que está formado de la tierra: sed
corpus, quod ex humo factum est, id tantum homo est. Esta opinión de San
Isidoro, si se la toma en sentido literal, es la antítesis de la teoría
platónica; pero probablemente sólo quiso dar a entender que la palabra homo
trae su origen etimológico de humus.
5.º El alma racional no es
parte de la substancia divina, ni trae su origen de la materia, sino que es
incorpórea y espiritual, creada de la nada por Dios, e inmortal; pues aunque
tiene principio, no tiene fin, a diferencia de las almas de los brutos, las
cuales, después de la muerte, se disuelven y desaparecen juntamente con el
cuerpo.
6.º Este mundo visible,
compuesto de cielo, tierra, mares y estrellas, se llama mundo porque está
siempre en movimiento y porque sus elementos están sujetos a perpetuas mutaciones
o cambios de ser y de obrar. Fue creado
o sacado de la nada por la omnipotencia de Dios, en todas sus partes, inclusa
la materia que entra en su composición.
7.º El origen del mal es el
defecto o malicia de la voluntad; pues la naturaleza y la voluntad, consideradas
en sí mismas, son buenas, como lo son también todas las substancias creadas; el
mal, como tal y considerado en sí mismo, no es naturaleza o esencia: malum in
seipso natura nulla est.
Juan Duns Scoto

Como maestro utilizó como
texto Sententiae de Pedro
Lombardo, obra que fue el manual de dogmática más importante de la época.
Escribió apuntes sobre dicho libro.
Como teólogo, defendió la humanidad de Cristo y
preparó la base teológica para la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción.
En junio de 1301 le mandaron a París como maestro. En 1303
debió salir de Francia por un conflicto entre el papa Bonifacio VIII y el rey
Felipe IV de Francia. En 1305 vuelve a París. Es catedrático en 1306 y con un
equipo de colaboradores produce Ordinatio, una edición oficial de su comentario
a las Sentencias. De nuevo es exilado de París en el año 1307 y viaja a Colonia
para ser catedrático de la casa de estudios franciscana. Fallece el 8 de
noviembre de 1308, dejando un Ordinatio inacabado.
Anselmo De Canterbury

Pese a sus temores iniciales, la carrera de Anselmo ganó
fama de manera vertiginosa, pues en 1063 sucede a LAN franco en el priorato de
Bec, al ser éste elegido abad. Esta será la tónica de toda su vida:
posteriormente le sucede como abad (1078) y finalmente como arzobispo de Canterbury (1093), donde
finalmente muere en 1109. Es en Inglaterra donde
Anselmo, además de filósofo y teólogo, muestra dotes de político apologeta. La
Iglesia vive el momento más cruento del conflicto de las investiduras y él debe defender
desde la cátedra arzobispal el derecho que ella "tiene a la libertad"
e impedir tendencias cismáticas que amenazaban a su grey. Los monarcas
británicos Guillermo el Rojo y Enrique I no harán fácil esta tarea
que se había impuesto a sí mismo; pero gracias a esta oposición, se reconoce
otra faceta en los escritos de Anselmo.
Tomas de Aquíno

Sus obras
más conocidas son la Summa
theologiae, compendio de la doctrina católica en la cual trata 495
cuestiones divididas en artículos, y la Summa contra gentiles, compendio
de apología filosófica de la fe católica,
que consta de 410 capítulos agrupados en 4 libros, redactado a petición de Raimundo
de Peñafort.
Asimismo,
fue muy popular por su aceptación y comentarios de las obras de Aristóteles, señalando, por primera vez en la Historia,
que eran compatibles con la fe católica. A Tomás se le debe un rescate y
reinterpretación de la metafísica y una obra de teología aún sin parangón, así como una
teoría del Derecho que sería muy consultada
posteriormente. Canonizado en 1323, fue declarado Doctor
de la Iglesia en 1567 y santo patrón de las universidades y centros de
estudio católicos en 1880. Su festividad se celebra el 28 de enero.
Agustin De Hipona
San Agustín nació el 13 de noviembre de 354 en Tagaste, pequeña
ciudad de Numidia en
el África romana.
Su padre, llamado Patricio, era un pequeño propietario pagano y su
madre, Santa Mónica, es puesta por la Iglesia como
ejemplo de «mujer cristiana», de piedad y bondad probadas, madre abnegada y
preocupada siempre por el bienestar de su familia, aún bajo las circunstancias
más adversas. Mónica le enseñó a su hijo los principios básicos de la
religión cristiana y al ver cómo el joven Agustín se
separaba del camino del cristianismo se entregó a la oración constante en medio
de un gran sufrimiento. Años más tarde Agustín se llamará a sí mismo "el
hijo de las lágrimas de su madre". En Tagaste, Agustín comenzó sus
estudios básicos, posteriormente su padre le envía a Madaura a realizar
estudios de gramática.
San Agustín se destacó en el estudio de las letras. Mostró
un gran interés hacia la literatura, especialmente la griega clásica y poseía
gran elocuencia.8Sus
primeros triunfos tuvieron como escenario Madaura y Cartago, donde se
especializó en gramática y retórica.6 Durante
sus años de estudiante en Cartago desarrolló una irresistible atracción hacia
el teatro.
Al mismo tiempo, gustaba en gran medida de recibir halagos y la fama, que
encontró fácilmente en aquellos primeros años de su juventud. Durante su
estancia en Cartago mostró su genio retórico y sobresalió en concursos poéticos
y certámenes públicos. Aunque se dejaba llevar por sus pasiones, y seguía
abiertamente los impulsos de su espíritu sensual, no abandonó sus estudios,
especialmente los de filosofía. Años después, el mismo Agustín hizo una fuerte
crítica sobre esta etapa de su juventud en su libro Confesiones.
Agustín murió en Hipona el 28 de agosto de 430 durante el
sitio al que los vándalos de Genserico sometieron
la ciudad durante la invasión de la provincia romana de África. Su cuerpo, en
fecha incierta, fue trasladado a Cerdeña y,
hacia el 725, a Pavía, a la basílica de San Pietro in Ciel d'Oro, donde reposa
hoy.
FILOSOFÍA EN LA ERA MEDIEVAL
La
filosofía en la edad media
Durante la Edad Media la filosofía bebió del cristianismo,
por el que explicaba la existencia y los fenómenos del mundo que les rodeaba.
La Verdad era buscada en la Biblia, libro de máxima sabiduría junto a Los
Evangelios, según los cuales Dios creó el mundo y a todas las personas. El
cristianismo se convertirá, además de en una religión, en una solución para
dilucidar las cuestiones más comunes en la época, cambiando el paradigma que
había imperado en la filosofía de la etapa anterior, la helénica.
La
patrística:
La primera etapa en la
filosofía medieval es aquella que corresponde a la articulación definitiva de
los dogmas cristianos, su defensa ante otras religiones y a la iniciación a la
humanidad en la Verdad de Cristo, la única posible. Estos primeros hombres
fueron llamados Padres de la Iglesia y su estudio y difusión se denominó
Patrística a manos de autores como Hipólito
de Antioquia o de San
Agustín.
Si atendemos al segundo,
encontraremos sus teorías encuadradas en lo que se ha dado en llamar
neoplatonismo y es que a él corresponde una reinterpretación de Platón bajo un
tinte cristiano: Agustín (354-430) es el último gran filósofo de la antigüedad
y principio de la modernidad, el límite entre dos formas de entender y pensar
la filosofía. Se presenta como un buscador afanoso de la Verdad que hace del
Saber una cuestión de vida o muerte y ello lo consigue al describir, según sus
escritos, la profunda vena religiosa de Platón resumida así: no hay posibilidad
de conocer sin amar porque el conocimiento es amor y sólo amando, llegando a
Dios, conocemos con certeza. Todo conocimiento de Verdad se conoce a través de
la luz de Dios.
La
Escolástica:
La segunda etapa en la
filosofía medieval, la Escolástica, surgirá a partir del siglo XIII. Dicha
centuria se convertirá en el de la metafísica, consecuencia del conocimiento de
Aristóteles y del neoplatonismo greco-árabe cuyo objetivo principal es
descubrir las causas profundas o esenciales y después practicar a partir de
ellas el método científico por excelencia con la reinterpretación de
Aristóteles, gracias a nuevas traducciones que se realizan en las Escuelas y
Universidades entre las que destacaremos la Escuela de Traductores de Toledo.
En estos espacios, surgidos todos en tiempos del Medievo, se va a cultivar un
saber principalmente teológico y filosófico por el que a través de la ciencia
de Aristóteles, se intentará explicar la existencia sobrenatural de Dios. A
pesar de que la Escolástica es principalmente teología, es esencialmente
filosofía. Así los dice dirá Julián Marías: la Escolástica trata problemas
filosóficos que surgen con ocasión de cuestiones religiosas y teológicas.
Lejos de nuestras fronteras
encontramos a Santo Tomás de Aquino quien desarrolló una
teoría que conjugaba las posibilidades del cristianismo con las ideas
aristotélicas, que con el tiempo se convertirán en las ideas oficiales del
catolicismo.
Los tres grandes problemas de
la filosofía medieval lo constituyeron "Dios", "Relaciones entre
Fe y Razón" y "Los Universales". La primera de las cuestiones,
la referida a Dios, plantea en los filósofos medievales la necesidad de explicar
mediante métodos científicos la existencia del mismo siendo no sólo cuestión de
fe sino también de ciencia.
La segunda, va a ser
respondida a través de una unión entre ambas que, según los autores de este
tiempo, no son incompatibles sino, muy al contrario, se convertirán en conceptos
complementarios. Dentro de este segundo punto encontramos tres posturas que
corresponden a tres autores a los que ya hemos hecho referencia, muy diferentes
entre sí: aquella defendida principalmente por San Agustín en la que sólo
existe una Verdad que es dada a través de la confluencia de ambas corrientes.
La segunda de ellas es la defendida por Averroes, llamada de la Doble Verdad ya
que bajo su punto de vista ambas fuentes son independientes y por tanto
independientes van a ser sus resultados aunque confluyan en un punto común. La
postura de la autonomía armónica fue defendida por San Tomás quien pensaba que
ambas, religión y fe, comparten verdades que pueden ser explicadas sin la
necesidad de la otra.
Principales
exponentes
Agustín de Hipona (354 - 430).
San Isidoro de Sevilla (560-636).
Juan Escoto Erígena (810-877).
Pedro Lombardo (1100-1160).
Avicenna (980-1037).
San Anselmo de Canterbury (1033-1109).
Pedro Abelardo (1079-1142).
Averroes (1126-198).
Maimónides (1135-1204).
Roberto de Grosseteste (1175-1253).
San Alberto Magno (1206-1280).
Roger Bacon (1220-1292).
San Buenaventura da Fidanza, (1221-1274),
Santo Tomás de Aquino (1225-1274).
Ramon Llull (1235-1315)
John Duns Scoto (1266-1308).
Guillermo de Ockham (1298-1349).
Jean Buridan (1300-1358).
San Isidoro de Sevilla (560-636).
Juan Escoto Erígena (810-877).
Pedro Lombardo (1100-1160).
Avicenna (980-1037).
San Anselmo de Canterbury (1033-1109).
Pedro Abelardo (1079-1142).
Averroes (1126-198).
Maimónides (1135-1204).
Roberto de Grosseteste (1175-1253).
San Alberto Magno (1206-1280).
Roger Bacon (1220-1292).
San Buenaventura da Fidanza, (1221-1274),
Santo Tomás de Aquino (1225-1274).
Ramon Llull (1235-1315)
John Duns Scoto (1266-1308).
Guillermo de Ockham (1298-1349).
Jean Buridan (1300-1358).
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